A pesar de la importancia de estas micro y pequeñas empresas, muchos de sus propietarios y administradores (que la mayoría de las veces son lo mismo) han desarrollado sus capacidades de operación del negocio a través de la experiencia de las operaciones diarias propias de las actividades del día a día. Esto aporta un acervo muy rico en conocimientos prácticos, sin embargo, denota muchas veces deficiencia en la calidad de los productos y servicios ofrecidos. Por ejemplo, existen hoteles y restaurantes que mantienen una deficiencia crónica en cuanto a sus controles de limpieza y mantenimiento, además de un sistema anacrónico de publicidad y marketing, lo cual les impide ser competitivos.
